Patologías del concreto

El cemento es el material más utilizado más utilizado del mundo pues aporta grandes ventajas que no solo son económicas, sino también mecánicas. Este cuando ha endurecido contiene una solución muy básica que protege el acero, sus componentes pueden reaccionar entre sí, para mejorar su rendimiento.

Sin embargo, las cualidades intrínsecas del concreto pueden inducir daño. Por ejemplo, los gases o líquidos pueden penetrar a través de los poros del concreto y cambiar la solución de cemento, lo que disminuye su protección contra la corrosión del metal. Las reacciones entre los componentes de concreto también pueden ser dañinas si continúan durante un tiempo prolongado después del material de endurecimiento.

Las principales patologías de concreto, que no están influyendo directamente en la corrosión del refuerzo, son las siguientes:

Ataque de lixiviación

Este ataque se refiere al concreto en contacto con agua dulce (con un bajo contenido de sales minerales) en tanques, o en enfriadores de aire (por transmisión). Resulta en una eliminación de la fase de unión de cemento mediante una disolución progresiva y el aspecto del esqueleto de agregado.

Trastornos por magnesia o granos de lima

Estos trastornos no son muy frecuentes. Se deben a la presencia de algunas impurezas en el cemento o en agregados. Aparecen por salientes locales, generalmente en el techo, dentro de los edificios. Trastornos por piritas en agregados Este deterioro da como resultado una aparición progresiva de manchas de óxido específicas y muy intensas, junto con la formación de un orificio. Este proceso muy específico es inducido por la oxidación de la pirita (sulfuro de hierro) en un medio alcalino. Pero, no pone en peligro la estructura.

Alkalis – reacciones

Las reacciones alcalinas son el resultado de una reacción química compleja, que ocurre entre algunos tipos de agregados, que contienen algunos tipos de sílice reactiva (sílice amorfa o cripto cristalina) y los álcalis del hormigón en presencia de humedad. Se acompañan con la formación de geles expansivos alcalinos silíceos-calcáreos. Se observan los siguientes aspectos: fisuración de la red, a menudo subrayada por rastros de humedad y exudación del gel, grietas en la dirección de las tensiones de las partes de la estructura, que se tensan por tensión previa o posterior, formación de conos de ruptura cuando se trata de algunas especies con una reactividad muy rápida contenidas en agregados, que están cerca de la superficie del concreto.

Trastornos en las redes de tratamiento de agua

Las plantas de tratamiento de purificación de agua usada y las largas alcantarillas hacen que los efluentes permanezcan por mucho tiempo. Esto resulta en la evolución del sulfuro de hidrógeno debido a las bacterias reductoras de sulfato, que son el origen de las molestias dañinas: malos olores, toxicidad, corrosión del metal y deterioro del concreto.

En un medio aeróbico y emergente, las bacterias Thiobacillus también son las principales responsables de la oxidación de sulfuros en ácido sulfúrico, que daña el hormigón sobre el que crecen. Los procesos se caracterizan por la formación de una pasta blanquecina, y están más presentes en los arcos estructurales y las líneas de flujo de agua.

Trastornos en ambientes de sulfato

La mayoría de los trastornos observados por contacto con suelos o aguas superficiales se deben a la presencia de sulfatos. Se refiere principalmente a los aluminatos de calcio de los cementos. Las reacciones químicas dan como resultado una formación de etringita expansiva. Formación retardada de etringita Este desorden se refiere al concreto calentado. Durante el fraguado del cemento, un alto aumento de la temperatura (por ejemplo, debido al curado a alta temperatura o al calentamiento natural inducido por un cemento de fraguado rápido en estructuras masivas, en verano) impide la formación de etringita primaria, pero deja aluminato tricálcico, sulfatos y cal disponible en concreto. Esos componentes luego reaccionan unos años después, si las condiciones (humedad, temperatura) son convenientes. Esto produce tensiones internas que inducen el agrietamiento del hormigón.

Trastornos debidos a sustancias químicas

Muchos productos químicos (fertilizantes que contienen nitratos de amonio, ácidos minerales u orgánicos como en las industrias lácteas, etc.) también pueden atacar el hormigón, con una intensidad acorde, que depende de su agresividad o del medio ambiente (temperatura, humedad, etc.).

Por fin, otros trastornos tienen orígenes químicos (o fisicoquímicos). Se deben a: agentes de desmoldeo, aditivos, tipo de cemento y colocación de hormigón (manchas superficiales), secado prematuro de la superficie de hormigón o, por el contrario, congelación de la superficie de hormigón (desmoronamiento).

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